Seguro ya lo has oído de alguna
amiga o algún programa de tv o lo has leído en alguna revista, la exfoliación es
clave para una piel radiante. Pero quizás no conoces la razón por la que es asi
ni el tiempo adecuado en el que debes hacerlo.
Entre los beneficios que la exfoliación
aporta a nuestra belleza están:
·
Ayudan a la mejor absorción de los productos, como los
tratamientos contra la celulitis, antiarrugas, reductores o blanqueadores. Esto
se debe a que la exfoliación elimina las células muertas y limpia a profundidad
la piel permitiendo que los productos que te apliquen penetren fácilmente.
·
Previene el envejecimiento: la exfoliación puede mejorar la circulación
y la oxigenación de la epidermis lo que ayuda a prevenir el envejecimiento de
la piel
·
Eliminar toxinas: promueve la eliminación de toxinas del cuerpo a través
de los poros.
Pero tienes que tener ciertas
precauciones al realizar exfoliaciones:
·
No utilices exfoliantes para el cuerpo en el rostro. Los exfoliantes para
el cuerpo contienen ingredientes abrasivos que pueden irritar la piel de tu
rostro.
·
Siempre exfóliate con la piel mojada y previamente limpia.
·
Nunca, pero nunca te exfolies si tienes quemaduras por el sol o heridas
abiertas. Espera a recuperarte para hacerlo.
·
No abuses del exfoliado, ni en la cantidad, ni en el tiempo que te lo
apliques, ni en la frecuencia con que lo haces.
El mejor momento para exfoliar la piel es en
las mañanas ya que hay una mayor acumulación de piel muerta que se ha generado durante
la noche. Trata de no dejar mucho tiempo el exfoliante en tu piel, retira según
terminas de aplicar.
No todas las pieles requieren el
mismo tiempo entre una exfoliación y otra. Por ejemplo: las personas con piel
seca deben exfoliarse semanalmente. Las personas con piel grasa, pero sin acné deben
hacerlo 2 veces por semana. Aquellas que tienen acné no deben exfoliarse, es mejor
consultar con un dermatólogo para tratamientos alternativos y no agresivos. A las
personas con piel sensible se les recomienda hacerlo cada 10 días, pero empezando
con una prueba en una zona de la piel poco visible, así puedes validar si
puedes continuar con el proceso, en caso de que no, consulta con tu dermatólogo.
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